miércoles, 18 de noviembre de 2009

Manifiesto de la Anti-Investigación Social


Si Parra ya tiene sus antipoemas, nosotros en ciencias sociales no tenemos por qué ser menos. El motivo de este ensayo es proponer un programa de anti-investigación social para el siglo XXI.

9 tesis sobre la anti-investigación social:


(1) El investigador ha de ir al hecho empírico lleno de hipótesis, de tal forma de interpretar a través de la confirmación de sus prejuicios.


(2) Pese a que se suele negar en el oficio, el anterior punto es una práctica más difundida de lo que la gente que paga por estudios sociales se imagina. Para diferenciarnos entonces, y constituir un plan de investigación realmente revolucionario, diremos que la evidencia empírica es el lienzo sobre el cual el investigador pueda plasmar su libre y antojadiza interpretación

(3) La calidad de la explicación estará entonces dada por la eficiencia de crear efectos de alguna forma convincentes, asombrosos, inesperados, o sea cual sea el motivo impresionista y manipulativo que tenga el investigador social en cuestión


(4) Los instrumentos de investigación empírica han estado suficientemente limitados ya con arreglo a una realidad la cual, que en nuestros tiempos, está pasada de moda. El método muestra su rigurosidad y valor con arreglo a cualquier discurso que guste al investigador, y en última instancia, que sea capaz de demostrar y legitimar su absurdo.


(5) Se reconocerá solamente la evidencia empírica funcional al motivo impresionista, mientras que el resto será consiguientemente censurado y barrido debajo de la abultada alfombra de la ciencia social. La existencia de tales hechos será negada con especulaciones filosóficas sobre las limitaciones epistemológicas de la construcción del conocimiento social en caso de ser interpelado.

(6) Darle voz a los sin voz significa a veces inventar cosas que en realidad no han dicho. El investigador debe sentirse con el derecho de también darle voz a sujetos que no existen.

(7) El arte de la anti-investigación social es ser tomada, en la medida de lo posible, en serio de acuerdo a las intenciones del investigador. Para estos fines, el investigador social debe sentirse totalmente libre de invocar la autoridad del trabajo ajeno para legitimarse.

(8) Hasta ahora los cientistas sociales se han dedicado a interpretar la realidad de diferentes formas, el punto sin embargo es, inventarla.

(9) Si por alguna razón el lector siente que su trabajo investigativo satisface los anteriores puntos mencionados, felicitaciones, es usted parte de este nuevo y revolucionario movimiento de la ciencia social, del siglo XXI y acorde a nuestros tiempos.

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